Joan Miró
Mujer, pájaro y estrella

Los últimos estudios técnicos fotográficos sobre Guernica llevados a cabo por el equipo de restauración del Museo Reina Sofía han permitido llegar a conclusiones relevantes sobre la obra para investigadores y restauradores. A continuación se explican los datos más interesantes, que a su vez forman parte de un estudio mayor de restauración que puedes ver en detalle.
La evolución de la pintura de Picasso fue documentada por las fotografías que Dora Maar realizó mientras el artista pintaba el cuadro. En estas series se aprecian claramente los cambios de composición en los que el artista fue trabajando en etapas sucesivas.
Actualmente estos cambios se hacen visibles en el Guernica gracias a los estudios con reflectografía infrarroja, ya que permiten traspasar las sucesivas capas de la pintura.
El lienzo ha sufrido graves alteraciones derivadas de los múltiples clavados y desclavados a los que fue sometido su bastidor durante sus numerosos traslados.
Además, el bastidor original, que se mantuvo hasta el año 1964, carecía de cuñas o sistema de tensión, lo que exigía aplicar mucha fuerza a la tela mediante pinzas. Como consecuencia, los bordes de la obra se encuentran muy deteriorados, y se detecta en ellos multitud de desgarros, orificios y pérdidas de materia.
La manipulación y los numerosos enrollados a los que ha sido sometida la obra a lo largo de la historia causaron numerosos craquelados, fisuras y pérdidas de materia en la preparación y en la capa pictórica.
En algunos casos, se pueden establecer diferencias entre craquelados y fisuras. Aunque las fisuras son más numerosas, los craquelados son más graves, son de mayor longitud y, en muchos casos, afectan a varias capas: a la capa de protección, a la capa pictórica y a la capa de preparación. Cabe destacar que la presencia de craquelados o fisuras está directamente relacionada con el grosor de la policromía. Si este es más fino, habitualmente aparecen fisuras, y, si hay áreas más empastadas, se detectan fuertes craquelados.
La presencia de cera es consecuencia del tratamiento de restauración realizado en 1957 en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York. Dado el delicado estado de conservación de la obra en aquel momento, después de todos los movimientos y traslados a los que había sido sometida, se decidió consolidar la película pictórica con una mezcla de cera y resina fundidas.
El tratamiento consistió en la aplicación de esta mezcla por medio de calor desde el reverso de la tela, lo cual ofrecía consistencia a las capas de preparación y pintura. Este sistema, que seguía los criterios de restauración de la época, tenía dos inconvenientes: el tratamiento era irreversible y la mezcla impregnaba todo el lienzo. En la obra se detecta gran cantidad de cera en superficie de forma generalizada, visible a simple vista en los bordes y fácilmente detectable a través de la fluorescencia ultravioleta en el resto. Vemos aquí algunas de las zonas donde se aprecia mejor.
El 28 de febrero de 1974, Guernica sufrió una agresión con pintura acrílica en spray de color rojo. El ataque fue realizado por uno de los miembros del grupo Art Workers’ Coalition, Tony Shafrazi, quien escribió sobre el lienzo "Kill lies all" [Matad todas las mentiras]. El barniz que se había aplicado en el año 1962 sirvió de capa de protección de la policromía y se pudo eliminar la pintura roja sin que la original sufriera daños.
Actualmente las macrofotografías muestran una serie de microresiduos rojizos prácticamente imperceptibles a simple vista, y, en algunos casos, introducidos en las fisuras.
Si te ha interesado esta información puedes acceder al estudio de restauración detallado.